top of page

La Ruta Que no fue 

La república de Colombia queda constituida ¡viva la república de Colombia! 

Simón Bolívar 17 de diciembre de 1819

 

“En un gobierno republicano… sus bases deben ser la soberanía del pueblo: la división de sus poderes, la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir, digámoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas y las costumbres públicas”. 

Simón Bolívar 1819

 

Con la creación de la Republica de Colombia hace 200 años se estableció un modelo político y de gobierno propio, distinto al mantenido por la monarquía española durante tres siglos. Se trata de una forma de organización con las instituciones representativas y un gobierno democrático construido con el aporte de sus gentes y territorios.

Lo que se llamó Colombia comprendía, además de lo que actualmente es el territorio nacional, a Panamá, Venezuela, Ecuador, la costa oriental de Nicaragua y una parte del Brasil y Perú. 

El proyecto de la Republica fue trazado en la Ley Fundamental del congreso de Angosturas de 1819 y ratificado en la constitución de Cúcuta de 1821. Sin embargo, hombres y mujeres tuvieron la tarea de llevarlo a la práctica. Quienes participaron de esta transformación creyeron posible una realidad alternativa en la cual sus ideas y deseos tendrían cabida.  

Este recorrido inicia con el camino de la guerra, donde se resalta que personas de todos los sectores sociales participaron en confrontación por la independencia. Esta senda empieza con el grito de la independencia el 20 de julio de 1810; mientras tanto en España, se deponía a Bonaparte del trono, y este cargo paso a ocuparlo Fernando XII, y como punto central de su mandato se propuso la recuperación de las provincias de América.

Para ello en febrero de 1815 el Rey Fernando XII le confió a mariscal Pablo Morillo un embarco con destino a la Nueva Granada allí iba un ejército en 66 buques; al mariscal le acompañaban militares de los cuales mas confiaba Miguel de La Torre, Pascual de Enrile, José María Barreiro, Sebastián de Calzada, Francisco Waltera, Julián Bayer y Francisco Tomas Morales. Así lo describiera el Profesor Silvio Trujillo oriundo del municipio de Chita en su documento la Ruta Que No Fue:

La “madre patria”, conformo un ejército de 10.000 a 12.000 y los embarco en 60 o 66 barcos al mando del teniente general Pablo Morillo y morillo, un experimentado militar y honrado por su alteza con el título de “El Pacificador”. Sus hombres eran avezados guerreros o entrenados de manera ficticia, apertrechados con tecnología de punta bélica del momento, elegantes uniformes que cubrían su piel Blanca y sus tres comidas no le faltaba. Disponían de lo necesario para vaticinar el triunfo…(TRUJILLO)

Durante el periodo de la reconquista encabezada por Morillo se llevaron crueles batallas, el desembarco en Venezuela, la toma de Santa marta con 8500 hombres, para sitiar por mar y tierra el puerto amurallado de Cartagena de Indias, y después de allí se dirigieron por la Nueva Granada castigando, fusilando y desmabrando a aquellos próceres de la patria que buscaron la independencia desde 1810 (Oswaldo, 1967).

En 1817 Caracas y casi toda Venezuela estaban bajo el poder de Morillo; Bolívar mientras tanto organizo un ejército pequeño con el que pudo y establecer el orden en la desolada Guyana venezolana cuya capital era Angosturas a orillas del río Orinoco. El 21 de noviembre del mismo año, José Antonio Páez se incorpora con sus tropas llaneras a la causa de Libertadora, combatiendo junto con Bolívar en la batalla Calabozo en febrero de 1818 en donde por poco toman prisionero a Morillo, Bolívar decide seguirlo, pero Páez decide no acompañarlo; esto lleva a que Bolívar sea derrotado por Morillo en la batalla de la Puerta, derrotado decide volver a Angorturas (Contreras, 1945).

Ya más tranquilo de las batallas Bolívar vio un camino para poder lograr la victoria sobre el ejército español en América, fue cuando el 15 de febrero de 1819, convoca el congreso de Angosturas, en donde se reunieron los delegados de otros países y pronuncio uno de sus mejores discursos. 

La idea central consistía en cambiar la dirección de la guerra, no seguir combatiendo con Morillo en Venezuela, sino llevarla a la Nueva Granada, donde conocía a su gente y podía contar con el apoyo de ellos, como cuando lo recibió para llevar acabo la Campaña Admirable, así destruiría las fuerzas de Barreiro; libertar el Virreinato y regresar y emancipar a Venezuela de la opresión de Morillo, para entonces si adelantar la creación de la Republica Colombia nombre que Bolívar había adoptado por parte de Francisco Miranda (Tamayo, 1941).    

La República de Colombia que cumplía principalmente el sueño del venezolano Francisco Miranda, quien imagino un continente colombiano libre, del tamaño de Hispanoamérica. “El primer paso que los habitantes del continente colombiano deben hacer hacia la independencia, es el tomar una medida que haga ver, de un modo ostensible y decisivo, la resolución de crear un gobierno que emane únicamente de ellos mismos” Francisco Miranda 1810.

Bolívar resolvió arremeter en seguida a su enemigo en la Nueva Granada, para ello ordeno a Santander organizarse en Casanare diciéndole: 

“debe usía esforzase por crear cuanta infantería sea posible, disciplinarla, instruirla de modo que el cuerpo de usía, que esta vanguardia del ejército, no sea inferior a los demás que no tienen el honor de procederle en las marchas. Que se reclute y discipline incesantemente, son las más encarecidas prevenciones que tengo que hacer a usía; si Barreiro bajare a los Llanos, en su busca, Ud. No le presente batalla; mortifíquelo, asáltelo y retírese; necesito un ejército de vanguardia descansado y disciplinado para la campaña que medito sobre la Nueva Granada”. (Bolívar 1819)

Tal fue así que Santander logro organizar la División de vanguardia con dos batallones de infantería, cada uno integrado por cerca de 500 hombres y varios escuadrones de caballería que superaban los 1000 hombres, bien instruidos y disciplinados. 

Aquella división no tardó mucho en demostrar el espíritu combativo. El coronel Barreiro, avisado de la presencia y actividad de Santander, se dispuso a invadir Casanare. Los patriotas dejaron que la Tercera División realista penetrara en la sabana y a medida que su movimiento progresaba con más frecuencia, y se arrasaban las tierras por donde tenían que pasar los españoles, dejándolos sin ganado ni agricultura (Masur, 1987). De esta manera, los invasores no ocupaban otro terreno que el que cubrían sus columnas enfrentando serios problemas de abastecimiento. 

Diezmadas por las enfermedades y los frecuentes ataques de los llaneros, y desmoralizada ante el enemigo que solo encontraba fugazmente, la Tercera División realista no tuvo otro recurso que regresar hacia la cordillera por el mismo camino. Su propio comandante, el coronel Barreiro, no pudo escapar de aquel infortunio, pues fue atacado por el paludismo y tuvo que permanecer en Tunja durante varios meses, recuperándose de la enfermedad. Esta circunstancia pudo influir para que no saliera a tiempo a contener al ejercito libertador, cuando a comienzos de julio apareció sorpresivamente en la provincia. 

Planteamiento y organización militar 

En mayo de 1819 , luego de haber acordado con el general Antonio Páez, que él y su caballería iría atacar a los realistas por los valles de Cúcuta la promesa de colaboración, importantísima en  para el feliz resultado de la Campaña Libertadora; Bolívar también recibe la notificación del coronel Jacinto Lara del brillante estado que tiene la División de Vanguardia en Casanare, esto hace que el estado mayor se reúna el 21 de mayo en una choza en la Aldea el 70, a orillas del rio Apure, mientras viajaban a Mantecal, para analizar la situación y acordar el plan de la campaña; allí se encontraban reunidos Carlos Soublette, jefe del estado Mayor; José Antonio Anzoátegui, jefe de la Guardia de Bolívar; José de la Cruz Carrillo, Pedro Briceño Méndez; Juan Guillermo Iribarren; José Antonio Rangel; Ambrosio Plaza; Manuel Manrique y James Rook (Medina, 1949). 

Ellos escucharon con atención y luego aceptaron la idea estratégica Bolívar: marchar sobre la Nueva Granada mediante una operación por líneas exteriores, es decir, con tres columnas avanzando por tres puntos hacia el interior del territorio. El general Páez con su caballería por los valles de Cúcuta y Soatá; Santander con la Division de Vanguardia por el valle de Tenza hacia Tunja, y Bolívar con el grueso y la retaguardia por la Salina y Chita hacia Soatá. 

El ejército patriota que viajaba con Bolívar desde Venezuela, “lograba reunir 2.200 efectivos. Estos Soldados, excepto los 200 de la legión británica; eran criollos (blancos nacidos en Hispanoamérica), mestizos (blanco e indias), mulato o moreno (blanco y negra), Zambo (negro e india), negros e indígenas. Etnias cruzadas a la carrera ya escondidas; muchos de ellos reclutados en Venezuela. Este descolorido soldado iba a pie descalzo, desnudo de uniforme, pertrechos y conocimientos de milicia, y de compañía, un famélico perro como él” (TRUJILLO). 

El 27 de mayo Bolívar viaja desde Mantecal en el Apure con un ejército de 1300 hombres aproximadamente, esto aclarando que este ejército iba acompañado también de mujeres, hasta Casanare, haciendo viajes de siete jornadas en las cuales avanzaba 300 kilómetros de camino: le primer recorrido lo termino el 3 de junio llegando a Guasdualito, durante este camino empezó a sentirse el rigor del invierno, lo que lleno de temor a los combatientes. Cansados y hambrientos a este pequeño pueblo a orillas del río Apure, en donde encontraron refugio y algunos víveres (Riaño, 1969).

Los días 4 y 5 de junio Bolívar y su ejército cruzan el río Arauca por el llamado Paso de Cañafistula, y llega a la cuidad homónima al río, allí se abastece de alimentos, caballos y cuantas armas pudo recaudar.

De las riberas del Arauca a la localidad de Tame median unos 180 kilometros, pero es una de las zonas de las más rica en ríos en toda la región llanera, por las continuas aguas que bajan de la Sierra Nevada de Chita, Cocuy y Guicán, corriendo todas hacia el oriente para desembocar en el río Meta y éste, a su vez, en el Orinoco. A toda esta geografía la acompañan otros peligros como los caimanes, las rayas, los peces caribes de vientre rojo.

El 6 de junio inicia esta segunda jornada, o aquí empiezo el verdadero viacrucis del ejército, por que las lluvias habían comenzado con todo su rigor; y con el fin de cruzar esta región con tantas corrientes hidrográficas el ejército necesito construir botes de cuero y plataformas de maderas de “balso” para evitar la humedad en las armas, municiones, víveres, sillas, monturas y uno que otro soldado patriota que no sabía nadar, mientras nadaban o caminaban durante varias horas con el agua hasta la cintura. Al igual que la primera jornada esta duro 7 días luchando contra la naturaleza, así llega a la ciudad de Nuestra Señora de la Asunción de Tame, el 12 de junio y es recibido por Santander, sus llaneros y una buena cantidad de novillas asadas (Quintero, 2018). 

Tame es conocida también como “Cuna de la Libertad” porque allí se asentó el Ejercito Libertador con alrededor de 3500 hombres llaneros patriotas, descansaron y se recuperaron de esa dura batalla contra la naturaleza; entre tanto, Bolívar se reuniría con Santander y todo el estado mayor para tomar decisiones sobre el paso a seguir en la Ruta Libertadora. 

En esta reunión se estaba decidiendo cuales podían ser las diferentes rutas que permitían conquistar la cordillera de los andes, aunque el plan inicial para Bolívar era entrar el por La Salina – Chita, Santander por el valle de Tenza y Páez por Cúcuta; en ese momento se desconocía que estaba ocurriendo con el frente del general Páez, aun no se sabía si había entrado los valles de Cúcuta, pero Bolívar suponía que Páez no quería dejar los llanos así, sin suponer que este se estaba enfrentado en combate en Guaca lo que impidió llegar a Cúcuta. Gracias a esta desconfianza Bolívar se propuso a estudia de nuevo el plan (Contreras, 1945).

Decidir de nuevo un punto por donde se iniciaría el ataque a los españoles no era asunto fácil estas rutas eran: 

  1. La Salina – Chita – Soatá 

  2. Tamara – hoya del rio Pauto – Socotá 

  3. Paya – Pisba – Sochá 

  4. Labranzagrande – Sogamoso 

a.) La Salina – Chita – Soatá es la ruta estratégicamente viable ya que es una de las rutas más transitada y permitiría que el ejecito libertador recibiera de mejor manera la impactante geografía de los andes y así lo deja expreso en un Oficio que le envía al general Páez el día 13 de junio, como así también lo resalta el profesor Silvino Trujillo en el texto la ruta que no fue: 

 “Ayer tuve la satisfacción de reunirme aquí con el señor General Santander y ,mañana llegara también todo el ejercito que está en Betoyes. Por las ultimas que tenemos de la Nueva Granada, el enemigo ha reforzado el punto de La Salina, con 200 hombres de la tropa que existía en soata. Con este refuerzo, la fuerza de La Salina asciende a 600 hombres de la mejor tropa que tiene el enemigo. Este es el cuerpo más considerable que ha quedado en nuestro frente por que los de mas destacamentos son débiles, y el cuerpo principal del ejército se ha retirado hacia Santa Fe, evacuando a Sogamoso. 

A pesar de ser el camino de La Salina el que esta mas cubierto y fortificado, estoy decidido a hacer mi marcha por él, así porque es el más breve y mejor, como porque ofrece mil comodidades para las tropas que pernoctarán siempre en poblado, y sufrirán poco el rigor de los paramos, por ser menos fuertes y no tan largos.

Todas las medidas están tomadas para emprender de aquí la marcha el día 15 sin falta, los prácticos, convienen que en que dentro de doce días estaremos en Sogamoso por lentas que sean las marchas. Estoy, pues, cierto de que el 27 a más tardar habré llegado a Sogamoso y V.S. debe ocupar a Cúcuta un poco antes, es decir entre el 25 y 27. 

Ninguna noticia he recibido de US no del señor General Torres, ni de Angostura, desde que salí de Arauca. Es probable que US haya tenido algunas, que espero me las dirija a la mayor brevedad. Recomiendo a US que antes de marchar de ahí pregenga con el mayor encarecimiento a todos los jefes que queden, que me remitan sin dilación todas las correspondencias que vengan para mí.

Dios, etc. Tame, junio de 1819 (Bolívar, 1819).

Esta ruta habría permitido una batalla en La Salina más o menos para el día 18 de junio, contando con una superioridad numérica el Ejercito libertador podrían haber derrotado al grupo de realistas compuesto por unos 700 hombres bien armados y con un camino fortificado, esta hubiera sido una fuerte batalla pero Bolívar hubiera llegado a la población de Chita el día 20, para estar el 22 en Soatá, lo que no se puede predecir es si hubiera tomado esta ruta con todo el cuerpo del ejército o mantendría el plan inicial. 

Esta ruta podría haber llevado el proceso de independencia de forma anticipa, talvez antes del 7 de agosto, es posible que no se hubiera dado la batalla del pantano de Vargas, donde se mostró la valentía de los lanceros colombianos, lo que sí es seguro que la población Chitana y toda la población de Boyacá le prestaría servicio y serían los primeros en prestar abrigo, amparo y demás para lograr este sueño llamado libertad. 

b.) La segunda ruta es Tamara – la hoya del río Pauto – Socotá, debían seguir de Tañe el camino que conduce a la antigua capital de Casanare Pore, allí se encontraba el ejercito libertado el 23 de junio de 1819, se dirige hacia el Tablon de Támara con el objetivo de acceder de manera escalonada por la Cordillera de los Andes. Cordillera tan prolongada que penetra la cúspide, tapizada con el mágico verdor de la naturaleza, que permite observar el llano cual precioso lecho mientras se va perdiendo de vista. Por el mismo camino después de cruzar el rio Curama, las quebradas La Sequía y la de Cumará y el sector del tablón sale un camino hacia la población de Tamará. Seis kilómetros adelante, la quebrada Tamará da el inicio al difícil acceso hacia la meseta del Tablón, desde donde se divisa el río Pauto, rumbo a Nunchia (Quintero, 2018).   

El 24 de junio, después de haber dejado el Tablón de Tamará, bajo una lluvia incesante, se encuentran con el río Pauto, desde este punto podía haber dirigido sus tropas rio arriba, un canino no transitado por ninguno de los generales o por sus hombres de confianza, pero si mencionado por algunos pobladores. Esta ruta poco conocida ya que no eran muchas las personas que se asentaran por la hoya del Pauto, por esta vía también podía haber pasado por el municipio de Chita no por su cabecera municipal, pero si por sus corregimientos de Minas, Monserrate y Chipaviejo (Villa del Carmen). 

Hasta aquí el ejército libertador se hubiera cubierto un poco de las condiciones s climáticas pues no llegaban al paramo del Cardón para cruzarlo en un día hasta la población de Socotá, lo cual se hubiera logrado entre los días 27 y 28 de julio, con esta vía se hubiera evitado la batalla de Paya, y con mucha seguridad también hubiera obtenido la victoria por el Ejercito libertador. 

c) Paya – Pisba – Sochá, el 27 de junio la vanguardia del ejercito libertador avanzo sobre las sabanas Chitacoba o paramo de los Llaneros, este avance fue observado por los realistas desde Paya, que tenían la misión de retarda cualquier incursión de los insurgentes, era como los españoles se referían a los patriotas, y dar aviso a Barreiro para salir a su encuentro (Ibañez, 1998). 

En el fuerte de Paya se encontraban unos 200 hombres realistas. Esta fortificación contaba un subterráneo que comunicaba con el parque y otra puerta que daba acceso al paramo de Pisba, el jefe realista dispuso unos 50 hombres en defensa del fuerte y, 25 en el pueblo con otro grupo con él en el puente del rio Payero que comunica hacia Labranzagrande. 

Las consecuencias de este primer combate de la campaña libertadora fueron muy positivas para el ejército patriota, y nefastos para el español. Al primero le sirvió para despejar el camino al paramo y subir su moral. El segundo no cumplió su misión de retardar la incursión y observar su magnitud; la preocupación por replegarse hacia Labranzagrande le impidió ver al jefe realista que no solo se trataba del ataque de un grupo de insurgente, como se lo informo a Barreiro, sino que marchaba todo el ejército libertador (Ibañez, 1998).

Esta fue la ruta definitiva con la que se logró el paso por los andes y termino con la batalla del puente de Boyacá y la entrada a Santa Fe.

d) Labranzagrande – Sogamoso, que el comándate Barreiro consideraba la de mayor riesgo y, por tanto, defendida con un fuerte destacamento de 300 hombres. Después del combate por Paya, y sabiendo que el ejército realista ya conocía de su aparición por las rondas de la cordillera decide atacar por sorpresa por Pisba dejando esta ruta fuera de toda posibilidad.  

De todo lo más importante es que ahora en América se vive y se respira un aire distinto se respira un aire en donde se empiezan a tejer una identidad, un sentir, una historia en común unas costumbres que nos hacen feliz de sentirnos parte de este territorio que tantas riquezas naturales tiene, de todas las batallas que enfrentó el ejército libertado la que más le cobro hombres fue la que llevo cruzando los llanos y subiendo las montañas de los Andes 1819.

 

Bibliografía

Contreras, E. L. (1945). Bolivar, conductor de tropas . Bogotá: Imprenta de las Fruerzas Militares.

Ibañez, J. R. (1998). La campaña de Boyacá. Bogotá: Panamericana.

Masur, G. (1987). Simon Bolivar . Bogotá: Grijalbo.

Medina, R. B. (1949). Ruta de Bolívar . Bogotá: Lumen.

Oswaldo, D. D. (1967). La reconquista española. Historia Extensa de Colombia. . Bogotá : Lerner.

Quintero, L. C. (2018). De La Brasa al Hielo campaña libertadora de la Nueva Granda 1819. Bogota : Edisiones Pentandra.

Riaño, C. (1969). La campaña libertadora de 1819. Bogota .

Tamayo, J. (1941). Nuestro Siglo XIX. Bogotá.

bottom of page